PILLAJE DE CELULARES
El celular es uno de los medios de comunicación mas eficaces hasta ahora inventados, es personal, ligero, multifuncional, entre otras conocidas características. Como toda cosa mueble susceptible de fácil intercambio en el mercado, pero ¿que pasa? cuando los “pillos” nos han sustraído el celular, a parte de las groserías que se dice. El hecho se da en horas en que la policía ha regresado a sus comisarias y en lugares por lo general guardan complicidad con el lampa y si no se dan estas condiciones el crimen organizado “se las ingenia”, contadas veces los pillos son capturados a la hora de su “faenon” pero como ahora están las cosas en que se ordena prisión preventiva para una persona que actúan en defensa propia y de sus bienes, si tienes suerte y la presión mediática no esta ocupada en sus asuntos comerciales, porque, de otro modo es un buena oportunidad para sintonizar el clamor popular de tal forma legitimar el viejo ideal de la lucha por la justicia resultante de la alianza entre la prensa y el pueblo.
Pero hablemos del acto de bloquear un equipo móvil. Es en realidad un eufemismo porque solo se trata de restringir su uso en el país donde se activo el equipo móvil y para reactivarlo se necesita un software para desbloquear y podrá usarse en otros país con todas sus aplicaciones. La industria de los celulares esta en auge, el mercado es prometedor para operaciones de venta; sin embargo no se ha hecho casi nada por controlar la seguridad ni el derecho de propiedad, creo que las empresas deberían generar un registro digital de propietarios de celulares, además un periodo de caducidad de los software del móvil a reactualizase con código y de exclusivo conocimiento de su propietario, se tendrá así registrado el tracto sucesivo del móvil así como dificultara al receptador actualizar el software al no conoce el código de acceso. Quizás se puede ensayar otras posibles soluciones pero si no hay voluntad política de gobierno para dialogar con las empresas del rubro seguirá en aumento el pillaje de celulares.
Enrique Toro Romero.